El Tercer Comité de la Asamblea General de la ONU aprobó una resolución que denuncia la persecución contra cristianos en Irán y pide el fin de la discriminación religiosa en el país. El documento fue presentado por la Comisión de Asuntos Sociales, Humanitarios y Culturales (SOCHUM) y expresa especial preocupación por la situación de las minorías religiosas.
La resolución señala el “aumento del acoso, la intimidación, la persecución, las detenciones y prisiones arbitrarias, y la incitación al odio que puede desembocar en violencia contra personas pertenecientes a minorías religiosas reconocidas y no reconocidas, incluidos cristianos (en particular conversos del islam)”. El texto también denuncia las “restricciones al establecimiento de lugares de culto” en Irán.
El documento fue aprobado con 79 votos a favor, 28 en contra y 63 abstenciones. Gran parte de los países que votaron en contra están en la Lista Mundial de la Persecución 2025 de Puertas Abiertas, donde los cristianos sufren distintos tipos de hostilidad, como China, Corea del Norte, India, Eritrea, Irak y Cuba; Brasil se abstuvo.
La resolución insta al gobierno iraní a poner fin, en la ley y en la práctica, a todas las formas de discriminación basadas en la religión. También pide que se garanticen plenamente los derechos humanos fundamentales de todas las minorías religiosas del país.
En la presentación del texto, el representante de Canadá afirmó que las minorías religiosas en Irán “siguen sufriendo discriminación, violencia y persecución profundamente arraigadas, reflejo de un patrón deliberado y persistente de desprecio por los derechos humanos y el Estado de derecho”.
Por su parte, el representante del Reino Unido denunció que “los medios vinculados al Estado han intensificado la búsqueda de chivos expiatorios y la incitación contra las minorías religiosas, en particular los bahá’ís y los cristianos”. La ONU pide que Irán deje de vigilar a los ciudadanos por causa de su fe.
El documento solicita además la liberación de todos los iraníes encarcelados a causa de su fe. Entre ellos se encuentran numerosos cristianos acusados y condenados únicamente por actividades religiosas pacíficas.
La resolución también condena el uso del Artículo 500 del código penal iraní, empleado por la justicia del país para acusar a cristianos de “propaganda contra el régimen” y sentenciarlos a prisión. Según la ONU, esta disposición se ha convertido en un instrumento clave de represión religiosa.
De acuerdo con la relatora especial de la ONU sobre la situación de los derechos humanos en Irán, Mai Sato, entre el 24 de junio y el 31 de julio al menos 96 cristianos fueron arrestados por actividades religiosas. Muchos de ellos son conversos del islam, un grupo especialmente vulnerable.
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Irán ocupa el puesto 9 en la Lista Mundial de la Persecución 2025 de Open Doors, entre los países más difíciles del mundo para vivir la fe cristiana. Las iglesias en casas, los conversos y los líderes suelen ser blanco de redadas, interrogatorios y sentencias severas.